EL
VIOLÍN DE JOSHUA BELL Una historia increíble…
Durante 50 años,
Julian Altman se ganó la vida como violinista. A pesar de su empeño nunca logró
brillar en Nueva York donde vivía. Entre 1930 y 1980 tocó para feligreses en
iglesias, clubes y con orquestas menores. Tocaba con un viejo esmoquin y un
violín teñido de negro que siempre olía a betún. Jamás lo llevo a un laudero
para darle mantenimiento y nadie sabía en donde él lo había comprado. Altman
tocó este violín hasta sus últimos días en los años 80 cuando fue diagnosticado
con cáncer de estómago. Internado en un hospital de Connecticut, este olvidado
violinista moría sin haber conocido la gloria, entonces llamo a su esposa
Marcelle Hall y le confeso su historia. Escondidos en el estuche, Altman
guardaba como tesoros recortes de diarios de 1936 que reportaban el robo de un
fabulosos Stradivarius estos recordaban cómo Bronislaw Huberman, un eximio
violinista polaco, había llegado desde Italia con un estuche doble y dos
violines maravillosos del siglo XVIII. Uno de ellos era el “Gibson”, llamado
así en honor a su anterior dueño George Alfred Gibson, un destacado violinista
inglés.
El 28 de febrero de
1936, Huberman se presentó en el Carnegie-Hall ante una audiencia encendida.
Decidió tocar con un violín Guarnerius del Gesu otra verdadera obra de arte y
dejó su Stradivarius en el camerino sin imaginar jamás que esa sería la última
vez que sabría de él.
Altman logró
escabullirse y meterse tras bastidores durante el concierto a pesar de ser
visto por un guardia de seguridad que prefirió nunca decir nada para encubrir
su error por dejarlo pasar. Altman aconsejado por su madre y convencida que su
hijo era un virtuoso al que había intentado por años comprarle un buen
instrumento se enteró de que Huberman viajaba siempre con sus famosos violines
y tocaría esa noche en el Carnegie-Hall urdió el plan y forzó a su hijo a
convertirse en un ladrón.
Esta era la segunda
ocasión que el “Gibson” era arrebatado de las manos de Huberman. Ya se lo
habían sustraído de una habitación de un hotel en Viena en 1916, pero el
instrumento había sido recuperado horas después.
Durante las cinco
décadas que siguieron Altman utilizó betún para camuflar el violín “Gibson” y
que nadie notara que era una de las piezas de arte más buscadas de la historia.
Huberman fue indemnizado por la aseguradora Lloyd con $30,000 dólares, murió en
1947 sin saber jamás que le pasó a su preciado instrumento.
Tras la muerte de Altman en 1985, Marcelle decidió
presentarse ante las autoridades, devolver el violín y contar lo que su esposo
le había confesado. El “Gibson” era propiedad de la famosa aseguradora Lloyd de
Londres y en ese tiempo estaba valuado en 1.1 millones de dólares.
Marcelle recibió
$263,000 dólares en concepto de comisión por haber hallado y devuelto el
Stradivarius, pero gasto todo su dinero y murió en la pobreza a los 79 años.
Los restauradores
tardaron nueve meses en retirarle el betún de zapatos. Al final, el color
rojizo del arce y los tonos del ébano, maderas con las que fue confeccionado,
resurgieron y el violín recuperaba su esplendor. Norbert Brainin, famoso
violinista inglés lo compró y en 2001 lo puso a la venta. El “Gibson” estaba a
punto de terminar como pieza de museo cuando Joshua Bell se topó con él y lo
compró por la suma de 4 millones de dólares.
Joshua
Bell Nació en
Bloomington Indiana el 9 de diciembre de 1967.
Comenzó sus estudios a
la edad de cuatro años. Terminó sus estudios en la Universidad de Indiana bajo
la dirección de Josef Gingold. A los 14 años tocó como solista con la Orquesta
de Filadelfia dirigida por Ricardo Muti. Debutó en el Carnegie Hall en 1985 con
la Orquesta Sinfónica de Saint Louis. Desde
entonces ha tocado con las orquestas y los directores más importantes del
mundo.
Ademas de interpretar el repertorio normal de conciertos, Bell ha tocado obras nuevas -Nicholas Maw le dedicó su concierto de violín, el cual Bell estrenó en 1993. Interpreto la parte solista de la banda sonora escrita por John Corigliano para la película "El Violín Rojo" película por la que recibió un Oscar a la mejor banda sonora. Tambien toca música de camara.
Joshua Bell Colección
Ademas de interpretar el repertorio normal de conciertos, Bell ha tocado obras nuevas -Nicholas Maw le dedicó su concierto de violín, el cual Bell estrenó en 1993. Interpreto la parte solista de la banda sonora escrita por John Corigliano para la película "El Violín Rojo" película por la que recibió un Oscar a la mejor banda sonora. Tambien toca música de camara.
Joshua Bell Colección
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